Hace unos quince o dieciséis años, Xavier Gafarot, entonces responsable de la edición en castellano del semanario Newsweek, me pidió una entrevista con Manuel Vázquez Montalbán. A finales de 1995 yo había publicado un libro de conversaciones con él; en mayo de 1996, por cuenta de Editorial Planeta, había comisariado los actos del vigésimo quinto aniversario del nacimiento de Carvalho; había escrito algunos textos sobre su obra y también una biografía novelada del detective. Más o menos pasaba por ser un especialista en materia montalbaniana, cautivadora y apasionante como la artúrica. Acepté el encargo, por supuesto.
Hablé con MVM para encontrarnos una vez más. Pero quizás harto ya de verme tan a menudo, después de haber estado constantemente a su alrededor los últimos tiempos, me dijo: "Hazla tú mismo." Un reto, sin duda. Porque Manolo era inteligentísimo, brillante, ingenioso y estaba dotado de un gran sentido de la ironía. Para no seguir molestando más, le hice caso y procedí a hacer lo que un periodista nunca debe hacer. Digamos, pues, que publiqué una entrevista virtual. Se la envié, una vez impresa, y la bendijo. Al menos no se quejó. Uf, menos mal!
Hoy, diez años después de que seamos un poco más huérfanos, el ejercicio que trato de hacer es similar. Es también un intento rabioso de volver a gritar contra la injusticia de su muerte y de responder en voz alta la misma pregunta, de interrogantes infinitos, que cientos de miles de lectores suyos –su amigo Rafael Ribó siempre decía que el partido político con más militantes de España era la columna de los lunes de Manolo en El País– nos hemos hecho a lo largo de esta década, prodigiosa y maldita. Qué habría dicho de esto y de lo otro? Preguntas que el congreso Diez años sin Manolo, que tuvo lugar en la Pompeu Fabra, en Barcelona, el pasado octubre (2013), también formulaba.
En estos años de ausencia montalbaniana, no han faltado temas sobre los que él se habría pronunciado. Escojo unos pocos al azar.
Primer gobierno en Cataluña del Tripartito (PSC, ERC e ICV): Pasqual Maragall visto como la otra Cataluña posible, más allá de la apropiación patrimonial que hizo el pujolismo. La caída en desgracia del presidente socialista, la traición que sufrió, y la enfermedad posterior, habrían confirmado una irrefrenable tendencia al pesimismo histórico y político. El poder todo lo devora: el cerebro y también las esperanzas, a pesar de que siguen siendo necesarias.
Atentados del 11 M y victoria de Rodríguez Zapatero. La última vez que lo vi, mientras tomábamos una copa en el hotel Majestic de Barcelona, poco después de que José Luis Rodríguez Zapatero fuera elegido secretario general del PSOE, MVM nos hizo partícipe de sus reservas sobre el llamado Bamby del León a Mari Paz Balibrea –presidenta de la Asociación de Estudios Manuel Vázquez Montalbán, que organizó el congreso en memoria de Manolo– y a mí. “Será del Barça , pero no me fío.” No dijo eso, exactamente. Seguro que lo pensaba pero él fue mucho más categórico: "¡Me parece un tonto!" A pesar de ello, MVM habría aplaudido el triunfo parcial del PSOE el 14M por lo que tuvo de revuelta contra la manipulación del PP a raíz de la matanza de Madrid. Y a pesar de la recuperación de la memoria histórica, el matrimonio homosexual y la retirada de las tropas de Irak, el paso de los años habrían corroborado los pronósticos de Manolo. Y si publicó el libro Filípicas, en el que desenmascaraba a Felipe , y La aznaridad, ya póstumo , donde levantaba acta de cómo el bigotito de José María Aznar se había vuelto cada vez más inquietante, a Zapatero y su imposibilidad para pronunciar la palabra crisis también le hubiera llegado el turno en el imprescindible Zapatazos.
Redes sociales, Facebook, Twitter. Manolo no navegaba demasiado por Internet porque si no, me dijo en una ocasión, “no escribiría" . En la disyuntiva entre vida y escritura, elegía la escritura porque formaba parte de su vida. Navegar, navegaba por las islas griegas y hasta Cala Montjoi para ir a El Bulli. Habría twitteado Manolo ? En todo caso, habría valorado Twitter y Facebook como armas útiles de la revolución pendiente. Que coticen en bolsa es pura ironía.
Obama. Visto como síntoma de cambio de la sociedad norteamericana, pero también como evidencia incontestable que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente. Porque Obama no sólo es el primer negro en la Casa Blanca y el presidente que se ha roto la cara por la sanidad universal para todos los estadounidenses. También es el del Guantánamo que no ha podido cerrar y el que, bajo su mandato, a autorizado o hecho la vista gorda ante los programas de espionaje masivo a millones de ciudadanos, tanto estadounidenses como de cualquier otro lugar del mundo.
La crisis financiera, Europa, la debilidad del euro. La más gran estafa. Porque una crisis no es ninguna contracción de la economía. Una crisis es una redistribución distinta de la riqueza circulante. Los que tenían mucho, quieren más. Y los otros, como apostilló en el Congreso de los Diputados la parlamentaria Andrea Fabra, del PP, "¡que se jodan!" Mucho antes de la caída de Lehman Brothers, de la burbuja inmobiliaria, el crack griego y del reinado de Merkel en Bruselas, Manolo ya decía que Europa no existía. "Por eso el Norte no hay terremotos ni volcanes y al Sur siempre estamos con el ¡ay! en el cuerpo. "Una Europa que en los años noventa del siglo XX ya se construye como la de "los estados mercaderes, preludio de una Europa de los mercaderes a secas" . Palabras de 1993 . Y terminaba: "Parafraseando a Georges Arnaud en el prólogo a El salario del miedo ('Guatemala no existe, lo sé Porque yo vivía allí') hemos de asumir que Europa aún no existe, y lo sabemos porque vivimos en ella." Las elecciones europeas de 2014 lo confirmarán.
El fin de ETA. Una herencia más del franquismo convertida en mafia, por obra y desgracia de la sanguinaria ceguera de los gudaris. Así Mayor Oreja seguía teniendo muertos encima de la mesa para continuar gritando barbaridades .
El Rey. Otra herencia del franquismo. Mucho antes del programa de TV3 Polònia, fue Manolo, en la audiencia que tuvo con el Rey para escribir Un polaco en la corte del Rey Juan Carlos, quien le explicó que a los catalanes se les llamaba así, polacos. Y ya entonces, 1995 , le hizo notar que el anticatalanismo que contaminaba –y sigue contaminando– Madrid, a la larga no sería rentable. El Rey le respondió que su hija , Cristina , hacía cuatro años que vivía en Barcelona y que entendía y hablaba el catalán. Es decir, "Tranquilo, Manolo, tranquilo" Presentadora de televisión convertida en princesa, divorcios, yernos ex jugadores de balonmano presuntamente corruptos, un montón de amantes y muchos elefantes después, MVM habría vuelto ahora a Madrid para ver al Rey y advertirle. "Majestad , los polacos se han sublevado. ¿Enviará la División Acorazada Brunete para masacrar su caballería?" Uno de los grandes mitos de la Segunda Guerra Mundial que quizás será necesario revisar en breve.
Indignados, desahuciados. Atento a cualquier síntoma de renovación de la izquierda, en 1999 Manolo publicaba un texto dedicado al Subcomandante Marcos y la revuelta Zapatista. Los indignados de plaza de Catalunya y de la plaza del Sol, o el movimiento contra los desahucios que encabeza Ada Colau, es la máscara que denuncia ahora los abusos del sistema y el anquilosamiento de los partidos políticos tradicionales. Manolo habría colaborado con estos movimientos y habría aportado teoría y reflexión. Porque, como decía en un ensayo de 1995, "se puede ver una parte de la verdad y no reconocerla. Pero es imposible contemplar el mal y no reconocerlo. El Bien no existe, pero el Mal me parece o me temo que sí.” En efecto, se dice desahucio, crisis, especulación, corrupción, privatización de la sanidad, recortes en educación e investigación, etc…
El Barça, Laporta , Guardiola , Messi. Creyente de una religión laica pero no inocente, Manolo hubiera disfrutado como nunca de su equipo. Y se hubiera escandalizado bastante del mesianismo (también de Messi) que Cataluña otorgó a Guardiola. Huérfano el país de figuras totémicas como Jordi Pujol, y a la espera de que la de Artur Mas se confirme, o bien sea la de Oriol Junqueras la que adquiera estatura y estructura de Estado, MVM hubiera interpretado el culto a Pep como la superación parcial del pujolismo. Dejamos de lado un ismo para caer en otro. ¿Un mal de los catalanes? Y que Guardiola fuera devorado por sí mismo, o por el embajador de Qatar en Barcelona, Sandro Rosell, y que se fuera al exilio, también habría acabado para confirmar su teoría: todos los dioses tienen los pies de barro, y los dioses del fútbol todavía más.
Soberanismo , independentismo. Como afirma Juan Marsé , que dice “yo no como patria”, creo que Manolo tampoco comería patria. Su patria era la infancia, se había cansado de decir. En la novela El Balneario (1986 ), en un diálogo de su detective en el que aclara el origen del apellido, se lee: "Carvalho . Pero se escribe con lh, Porque mi padre se hartó en cierta ocasión de ser español y pidió la nacionalidad portuguesa.” ¡Normal! Y en estos tiempos que corren el padre de Carvalho pediría la nacionalidad del planeta Marte. Las banderas que enarbolan el zombi resucitado de Aznar, el PP, la populista Rosa Díez, Pedro J., Albert Rivera y Ciutadans y la inmensísima mayoría del PSOE, Bono, Rubalcaba, Belloch, Chacón, Corbacho y etcétera, no le complacían nada a Manolo. Por otra parte, observaría descreído la posible independencia de Cataluña. (En política diría que era un descreído de convicciones sinceras y como apunta Daniel Vázquez Sallés, su hijo, en el libro Recuerdos sin retorno, “un comunista de corazón ácrata”.) Pero habría alzado su escritura por el derecho a votar. Y habría saludado como ejercicio de regeneración democrática y vitalidad cívica la tarea de la Assemblea Nacional Catalana y del movimiento independentista, al que no era del todo ajeno. Manolo ya participó, con un manifiesto, en el primer concierto Cataluña quiere vivir en libertad, de 1992, en solidaridad con los detenidos de la Operación Garzón. A menudo decía Manolo que él era "una anomalía histórica" , y que si la Guerra Civil la hubiera ganado la República, habría escrito en catalán. La guerra terminó como terminó, sin embargo, y él escribió en castellano. Y también sintió en algún momento un cierto cuestionamiento para ser escritor en castellano en la Cataluña de Convergència i Unió. En el libro de poemas Praga (1982) lo deja entrever: " ... ser judío vivir en Praga escribir en alemán/ significa no ser judío ni alemán/ ni ser aceptado/ por las mejores familias de la ciudad/ que identifican/ el alemán con Alemania y el ser judío con la alarma ..." ¿Qué votaría en el imposible referéndum por la independencia de Cataluña? Quizá se quedaría a casa, pendiente de una paella mientras hacía un análisis de urgencia de los resultados. A diferencia que a los constitucionalistas de Madrid, a MVM le habrían preocupado mucho menos que el punto del arroz.
Hasta aquí la suplantación, Manolo. Estés donde estés, disculpa la osadía. Pero a menudo no puedo dejar de pensar qué dirías sobre esto o sobre lo otro; sobre la puñetera vida, en general.
Quim Aranda
*Una versión muy similar de este texto se publicó en catalán el 18 de octubre de 2013 en el suplemento CultuRes del diario ElPuntAvui.